El acueducto de Morelia es uno de los acueductos más bellos e importantes de México. Levantado durante el periodo colonial, a lo largo de su historia sufrió de numerosas remodelaciones y construcciones. Esta es quizá la construcción civil más importante de la Ciudad.
El primer acueducto que tuvo la entonces ciudad vallisoletana, por el año de 1549 se encontraba alzada por horcones o terraplenes sobre los que se colocaban o apoyaban las "canoas" de madera unidas por clavos o cuñas de tejamanil, para que el líquido llegara a la ciudad desde la zona Oriente. Esta obra tuvo problemas constantes ya que debido a su elaboración algunas de las partes se reparaban de forma constante. Otra estructura levantada a finales del siglo XVI, de cal y canto, sustituyó en gran parte a la anterior.
La forma y obra actual del acueducto que ha llegado hasta nuestros días, se erigió entre los años de 1728 y 1730 del siglo XVIII (aunque parte del trayecto seguía conformado por el anterior acueducto), y debido a que una parte se deterioró y sufrió del derrumbe de algunos de los arcos, se sabe que fue reconstruida gran parte de ésta en el año de 1785 del mismo siglo bajo el mando de Fray Antonio de San Miguel, mediante un edicto promulgado el 21 de octubre de ese mismo año; sirvió para proveer agua a las fuentes y conventos del centro de la ciudad, así como también para dar empleo a los indígenas de la zona. Esta obra tendría como uno de los principales objetivos el de proporcionar trabajo entre los habitantes y el de llevar el agua a la ciudad, a fin de acabar con el problema de su desabasto entre la población.
Está construcción de 253 arcos es la única parte que se conserva de una estructura de más de 7 Kilómetros de largo, construida en su mayor parte de madera para traer agua desde el suroeste de la ciudad hasta el centro donde, un vez entubada, se llevaba hacia las fuentes de las plazas principales.
El primer acueducto que tuvo la entonces ciudad vallisoletana, por el año de 1549 se encontraba alzada por horcones o terraplenes sobre los que se colocaban o apoyaban las "canoas" de madera unidas por clavos o cuñas de tejamanil, para que el líquido llegara a la ciudad desde la zona Oriente. Esta obra tuvo problemas constantes ya que debido a su elaboración algunas de las partes se reparaban de forma constante. Otra estructura levantada a finales del siglo XVI, de cal y canto, sustituyó en gran parte a la anterior.
La forma y obra actual del acueducto que ha llegado hasta nuestros días, se erigió entre los años de 1728 y 1730 del siglo XVIII (aunque parte del trayecto seguía conformado por el anterior acueducto), y debido a que una parte se deterioró y sufrió del derrumbe de algunos de los arcos, se sabe que fue reconstruida gran parte de ésta en el año de 1785 del mismo siglo bajo el mando de Fray Antonio de San Miguel, mediante un edicto promulgado el 21 de octubre de ese mismo año; sirvió para proveer agua a las fuentes y conventos del centro de la ciudad, así como también para dar empleo a los indígenas de la zona. Esta obra tendría como uno de los principales objetivos el de proporcionar trabajo entre los habitantes y el de llevar el agua a la ciudad, a fin de acabar con el problema de su desabasto entre la población.
Está construcción de 253 arcos es la única parte que se conserva de una estructura de más de 7 Kilómetros de largo, construida en su mayor parte de madera para traer agua desde el suroeste de la ciudad hasta el centro donde, un vez entubada, se llevaba hacia las fuentes de las plazas principales.
El acueducto original fue reemplazado por el actual de mampostería durante los siglos XVII y XVIII, para resolver el problema de los constantes derrumbes de la antigua estructura que impedían la llegada de agua a la ciudad. Dio servicio a la población hasta el año de 1910 cuando entro en funcionamiento un nuevo sistema de distribución de agua.
Cuenta con un hermoso estilo barroco que lo ha convertido en símbolo de la su actual estructura de mampostería data en su mayor parte del siglo XVIII. De medio punto que alcanzan su máxima altura de 9.24 metros, cercano a la zona del Jardín Villalongín. Posee 2 cajas de agua, una al inicio, y la otra aproximadamente a 700 metros de la primera. La longitud que tiene es de más de 1,700 metros. El acueducto llevaba el agua hasta el entonces límite de la ciudad, de donde la repartía a través de una tubería subterránea de barro a las fuentes, conventos y casas particulares.
Se restauró en el año de 1998, como una de las muestras de la hermosa arquitectura de la ciudad.
Cuenta con un hermoso estilo barroco que lo ha convertido en símbolo de la su actual estructura de mampostería data en su mayor parte del siglo XVIII. De medio punto que alcanzan su máxima altura de 9.24 metros, cercano a la zona del Jardín Villalongín. Posee 2 cajas de agua, una al inicio, y la otra aproximadamente a 700 metros de la primera. La longitud que tiene es de más de 1,700 metros. El acueducto llevaba el agua hasta el entonces límite de la ciudad, de donde la repartía a través de una tubería subterránea de barro a las fuentes, conventos y casas particulares.
Se restauró en el año de 1998, como una de las muestras de la hermosa arquitectura de la ciudad.
El acueducto de Morelia es uno de los acueductos más bellos e importantes de México localizado en la ciudad de Morelia, Michoacán. Levantado durante el periodo colonial, a lo largo de su historia sufrió de numerosas remodelaciones y
construcciones. Esta es quizá la construcción civil más importante de la ciudad.
El primer acueducto vallisotelano
El primer acueducto que tuvo la entonces ciudad vallisoletana se levantó poco tiempo después de haberse fundado la misma, por el año de 1549. Se encontraba tal estructura levantada por horcones o terraplenes sobre los que se colocaban o apoyaban las "canoas" de madera (troncos grandes y largos, tallados en su centro en forma de una canoa alargada, de ahí el nombre) unidas por clavos o cuñas de tejamanil, para que el líquido llegara a la ciudad desde la zona Oriente de ésta. La obra desde su comienzo tuvo problemas continuos ya que, debido a su rudimentaria elaboración algunas de las partes tenían que ser reparadas y reemplazadas de forma constante. Otra estructura levantada a finales del siglo XVI, de cal y canto, sustituyó en gran parte a la anterior.
El acueducto actual
La forma y obra actual del acueducto que ha llegado hasta nuestros días, se levantó entre los años de 1728 y 1730 del siglo XVIII (aunque parte del trayecto seguía conformado por el anterior acueducto aún después de las fechas indicadas), y aún después de terminado se conoce que una parte del mismo se deterioró y sufrió del derrumbe de algunos de los arcos, siendo éstos reconstruidos en gran parte de su trayecto en el año de 1785 del mismo siglo.
Toda la obra fue levantada bajo el mando de Fray Antonio de San Miguel, mediante un edicto promulgado el 21 de octubre de ese mismo año. Esta obra tendría como uno de los principales objetivos el de proporcionar trabajo entre los habitantes y el de llevar el agua a la ciudad, a fin de acabar con el problema de su desabasto entre la población.
El acueducto se conforma por 253 arcos de medio punto que alcanzan su máxima altura de 9.24 metros, cercano a la zona del Jardín Villalongín. Posé 2 cajas de agua, una al inicio, y la otra aproximadamente a 700 metros de la primera. La longitud que tiene es de más de 1,700 metros. El acueducto llevaba el agua hasta el entonces límite de la ciudad, de donde la repartía a través de una tubería subterránea de barro a las fuentes, conventos y casas particulares.
Su uso vio fin en los albores del siglo XX, por el año de 1910. Se restauró en el año de 1998, como una de las muestras de la hermosa arquitectura de la ciudad.
El acueducto de Morelia construido con un toque Romano, tiene la particularidad de extasiar a la ciudadanía con sus imponentes arcos de fina cantera rosa traída de la Loma de Santa María, así como en sus inicios ser considerablemente funcional para abastecer a la capital con agua de los Manantiales del Rincón, San Miguel entre otros.
La antigua Valladolid (hoy Morelia) en los años de 1785 y 1787, sufría de una drástica escasez de agua, provocando de esta manera enfermedades e inconformidad en los ciudadanos, fue entonces cuando el que era obispo de la ciudad, Fray Antonio de San Miguel tomó la iniciativa para crear una cimentación idónea para resolver el grave problema.
Esta admirable obra hidráulica que hoy cuenta con 253 arcos y 1,700 m de largo, fue ideada en el siglo XVII, adaptándose a partir de una ya existente, sin embargo la débil estructura de la primera en 1705 provocó varios derrumbes, por lo que entre 1785 y 1789 para el suministro ideado la remodelaron y asimismo la convirtieron en la que es hoy.
El acueducto recorría la antigua Calle Real, conocida actualmente como Francisco I Madero, y desembocaba en una rústica caja de tubería de barro la cual tenía la capacidad de surtir 30 fuentes públicas y 150 mercedes particulares, no obstante esta creación dejó de funcionar a fines del siglo XIX por considerarse antihigiénica, y es por ello que ahora esta construcción sirve como el componente perfecto para embellecer la ciudad.
Por las noches la admirable edificación esta sutilmente iluminada, produciendo un efecto de elegancia conjuntada con la tradición que caracteriza a los mexicanos y de esta manera se convierte en la fotografía ideal para plasmar en las postales turísticas o en los anuncios publicitarios de la ciudad.
Un agradable paseo por el acueducto es el pertinente para ofrecerte un magnifico momento en esta nuestra bella localidad colonial.
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